De los vampiros y los espejos
Algo que es muy común para mí es solo sentarme a no hacer nada, como lo cuento, o más bien, como lo siento, es como esa canción de John Lennon: “solo estoy sentado aquí viendo las ruedas girar y girar, me gusta mucho verlas girar”. El caso es, que mientras estaba saltando entre pensamientos fui profundizando en una idea, ¿por qué los vampiros no pueden verse en un espejo?, llegué a esta idea porque en un animé que estaba viendo hablan sobre que uno termina pintando más el rostro que más ven, así que también me preguntaba ¿cuál será el rostro que más ve un vampiro?
De la misma forma que alguien termina pintando el rostro que más ve, siento que terminé describiendo a la persona con la que paso más tiempo.
Para que alguien pueda existir, es necesario reconocerlo, el hecho es, que bastaría conque nosotros nos reconozcamos para esto, pero muchas veces fallamos, así sucede con los vampiros, la cantidad de pecados que posiblemente se les atribuyen les hace imposible reconocer su rostro, sean ciertos o sean falsos, y son las cadenas que hacemos las personas las más difíciles de romper. Para llegar al menos a ser percibidos cubren sus cuerpos como cualquier persona, tratando de encajar, lo cierto es, que muchas veces es su sombra lo único que aún podemos reconocer, una sombra construida de los recuerdos o de las historias que hacemos sobre ellos, jamás los podremos ver al espejo porque jamás nos hemos querido reconocer en ellos, porque al final ¿quién no ha cometido algún pecado?.